«Mira, el amor y los celos
unas calenturas son
que hasta que salen al labio
no las ve el que las pasó». 
(Francisco de Rojas Zorrilla)

No, no es el título de un artículo de opinión sino el de una obra de teatro. No, no la he visto, pero me gustaría leerla.

La obra es de Rojas Zorrilla y según cuentan los que saben de drama y espectáculo, es una tragedia de tradición senequista del siglo XVI. No, no voy a convertir este blog en un blog prurito pedante, pero estudiando literatura (a mí me gusta estudiar literatura siempre que puedo), la he descubierto.

Decía que El Caín de Cataluña era una obra de tradición senequista. Los rasgos más destacados son que sus personajes son exageradísimos y tratan y juegan con los temas de la venganza y la fortuna así como con las pasiones más desenfrenadas que, como terminamos siempre comprobando, conducen a sus héroes, fatalmente, a un fracaso existencial.

Cataluña no solo debe beber de la historia de lo que sucedió y quedó escrito, sino de la literatura. Historia y literatura te demuestran, no sé cuántas veces sin cansar lo hacen, que si la razón no controla a las pasiones, estas te abocan a un mundo sin salida. Está bien, define mundo y vale, no te pongas pejiguera, define salida; después, léete El Caín de Cataluña haz el favor, por favor. Si lo haces antes que yo, cuéntamelo.

Puedes leerlo gratis aquí: El Caín de Cataluña.