Glosa 3: Ad astra

Estoy estable y tranquilo. He dormido bien, sin pesadillas. Estoy activo y centrado. Soy muy consciente de lo que me rodea y de los que conforman mi entorno. Estoy atento. Me centro en lo esencial y excluyo todo lo demás. No sé qué futuro me espera, pero no me preocupa. Confiaré en la gente más allegada a mí y compartiré sus cargas, igual que ellos comparten las mías. Pienso vivir y pienso amar. Enviar.

Brad Pitt en Ad astra

El texto procede de la película Ad Astra, donde Brad Pitt es el protagonista de una singular distopía. Cuando emergió el título sobre el fondo negro, recordé algo que nos repetía don Miguel, un profesor de 4.º de EGB: «Per aspera ad astra, chavales». Si trabajábamos duro, conseguiríamos buenos resultados; se trataba de alcanzar las estrellas. Llegar a lo más alto requería esfuerzo y el esfuerzo siempre era áspero, arduo.

En esta ocasión había que llegar hasta Neptuno. Ese debía ser el resultado del protagonista: alcanzar Neptuno, acabar con su padre, que llevaba allí años esperando vida inteligente, y regresar. Y hasta Neptuno llegó la vida inteligente, pero en forma de un Brad Pitt cincuentón, lanzado como una bola de níquel por el carril de salida de una máquina de Pinball. Próxima parada: Neptuno. ¿Regresará?

A mí me han resultado sobrecogedoras las escenas donde el protagonista tenía que grabar su estado mental y reportar, a una especie de supervisor estatal, cuál era su equilibrio y cómo se hallaban sus constantes vitales. Dependiendo del resultado, Pitt podría seguir avanzando. Si no, tenía que recuperarse descansando en habitaciones con paredes llenas de sonidos de olas, pájaros y vientos de bosques. De todos los textos que pronuncia este que propongo es de los más significativos: «Me centro en lo que es esencial y excluyo todo lo demás».

Quizá el subrayado de este texto, y no de los otros que aparecen, incluso de la parte a la que pertenece este y que no subrayo, haya sido el origen de esta glosa. Es un fragmento de naturaleza estoica, filosofía existencial a la que últimamente solo le veo ventajas para el mundo que bregamos. El talante de la proposición es estoico y será el enfoque, en realidad, el que le permitirá llegar hasta las estrellas, es decir, hasta Neptuno.

Por otro lado, Pitt se sumerge en la esencia de ese pensamiento, «me centro en lo que es esencial y excluyo todo lo demás», para desactivar cualquier ápice de soberbia que le impediría avanzar. De esta manera amolda su escala a la del objetivo que tiene que conseguir y se reconoce como lo que es, un humilde hombre en mitad del Universo. Pero las realidades se reconocen, la realidad del ser humano se enfrenta y reconoce a una realidad igual de compleja: Neptuno y su contexto.

Y será el enfoque lo que podrá salvarle porque le permitirá adentrarse en su interior y en el de sus más allegados, dos universos que le proporcionarán la conquista de la hazaña, una hazaña que, otra vez, se equipara a la de un planeta exuberante de esfericidad y grandeza. No habrá resultado sin enfoque; solo regresaré a Ítaca –oh, Ítaca­– si consigo enfocarme en lo esencial y soy capaz de excluir todo lo demás. Penélope espera.

La máxima ha constituido un revulsivo puesto que otra etapa es posible si se recomienza desde aquí.

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