Día 12 de diciembre de 2022, lunes.
Reconozcamos una cosa. Twitter nos conecta a personas más desconocidas que conocidas. Instagram, por el contrario, lo hace con personas más conocidas que desconocidas. Este simple argumento quizá determine que mantenga el uso racionalizado de Instagram –todavía no lo tengo muy claro– y me permita desentenderme para siempre de Twitter; automatizaré y programaré todos los tuits para que solo sean escaparate de lo que aquí escribo y de lo que publico en la lista de glosas que mantengo en Substack. Para nada más.
En el Instagram de El Mundo encontré, hace tiempo, esta cita. Twitter e Instagram la revientan. Por cierto, a Cicerón no le hubiese costado nada ser cristiano.
