Writing Down the Bones, de Natalie Goldberg

Terminarás completando un cuaderno de espiral todos los meses.

Natalie Goldberg es, además de americana, una escritora y profesora de escritura. En su sitio web encontrarás todo lo que ha ido escribiendo a lo largo de su vida, que no es poco, aunque no haya escrito ninguna novela americana. Ella enseña que no es necesario escribir ninguna novela americana pero sí es vital, sí es necesario, escribir todos los días para conectar con nosotros, por ejemplo. Esta será la idea motriz de Writing Down the Bones, libro que terminé con lectura lenta.

Goldberg es una gurú, en realidad, de la escritura. Pero una gurú con autoridad. De hecho, lo voy a hacer ya: te recomiendo que leas este libro si quieres escribir todos los días. Cuando empieces, lo necesitarás como el desayuno o el almuerzo. He de asegurarte que terminas escribiendo todos los días, y gastando mucho papel y mucha tinta. Natalie escribe en cuadernos, o así lo ha hecho durante toda su vida. De eso también habla en este libro.

Hay que sentir el contacto con el papel, dice. Ella, de hecho, usa una pluma Sheaffer barata. Incluso se entretiene en contarnos que usa pluma porque nunca se ha acostumbrado a los rollers. Pierde el control de su trazada y caligrafía con ellos y los desechó pronto. Con los cuadernos le sucede algo similar. No usa cuadernos caros o con papel bueno porque parece que te obligan a que tienes que escribir algo bueno o muy bueno en ellos. Cualquier cuaderno de espiral vale. De hecho, la imagen que encabeza su web es una fotografía suya escribiendo en un cuaderno con espiral de los de toda la vida y toda nuestra infancia.

El meollo y protagonista del libro es el ejercicio de escritura cronometrada. Aquí está el secreto para escribir todos los días. Queda contigo durante al menos diez minutos, y escribe. Puedes ir incrementando el tiempo, pero mantén tu mano moviéndose, no taches (de ahí la importancia de escribir en el cuaderno y no el ordenador), no te preocupes por cómo se escriben las palabras o si necesitas un punto o una coma aquí o allá, pierde el control y no pienses, no seas lógico, ve a por la yugular.

Esto es al principio, pero Natalie argumenta que es la mejor manera para descubrir las rarezas de tu mente, cuando no permites salir al censor. Si permites que el censor salga, este tratará de cambiarte los enunciados y las sentencias más rotundas y escandalosas por otras que suenen bien y que sean, como se dice ahora por doquier, políticamente correctas. Y ese es el problema.

El ejercicio cronometrado, que es el ejercicio en el que se fundamenta el libro, sirve para que puedas «escribir la mierda que quieras». Y otorgarte el derecho a escribir sin ningún destino ni finalidad porque, si cada vez que te sientas a escribir piensas que debes publicarlo, o que debes comenzar una novela, o una poesía o cualquier otro texto para…, fracasarás. La meta: completar un cuaderno de espiral al mes. Esa es la medida que te propone. Y se puede, doy fe. El secreto es no parar de escribir ningún día.

Pero por qué es importante escribir. Entre los más importantes motivos está en que mientras escribimos de esta manera, lo que en realidad estamos haciendo es reordenar todo lo que llevamos dentro de la cabeza sobre un asunto. Por eso es importante que cuando te sientes a escribir no pienses demasiado qué vas a escribir, incluso si sentado no sé te ocurre nada, Goldberg te sugiere que le cuentes algo sobre la calidad de la luz que entra a través de tu ventana, o que empieces con un “yo recuerdo” y comiences a escribir pequeñas memorias y que debe darte igual si el recuerdo es de hace dos segundos o de hace tres años, lo importante es que selecciones algo que te suponga o te proporcione buena o mala energía para escribir y escribas, desde una posición a favor, o más tarde, y para divertirte, la contraria. Perder el control. También puedes elegir un color, por ejemplo, y salir a pasear y fijarte en lo que encuentres de ese color para después sentarte a escribir durante 15 o 20 minutos sobre él sin parar. Escribir en diferentes sitios o ensimismarte en describir a quien amas, o pensar en tu abuelo o por qué no, describirte como un animal.

Frente a este rato de escritura Natalie Goldbert te advierte de que en numerosas ocasiones habrás de librar una lucha previa entre las ganas de escribir y la desgana por hacerlo. Te recomienda que mientras lo piensas te dirijas hacia tu cuaderno sigilosamente y sin darle más cuartel, te sientes delante de tu mesa y cuaderno, lo abras, y te pongas a escribir. Ya está.

El libro rebosa de estrategias para que la escritura sea algo habitual en tu día a día. Ideas y propuestas no te van a faltar. Podríamos clasificar como un cuaderno de ejercicios con recomendaciones de escritura. Sí. Te aconseja cómo derrotar las resistencias mentales a hacerlo no dejando de mover la mano, por ejemplo. O cómo escribir no tiene que significar publicar. Además, te percatarás de que escribir será casi todo escucha. Un gran porcentaje de lo que escribimos es resultado de un proceso de escucha anterior, en ocasiones interior: de nosotros mismos, de quienes nos rodean, del entorno donde trabajamos, amamos, nos divertimos. Sin escucha es imposible escribir. De hecho, Natalie nos asegura que cuanto más profunda sea nuestra escucha, mejor será nuestra escritura.

Goldberg, entre los finales de capítulo y comienzos de los siguientes, introduce pequeñas síntesis tales como “básicamente, si quieres empezar a ser un buen escritor, necesitas hacer tres cosas: lee un montón, escucha bien y profundamente y escribe un montón”.

El libro merece la pena. Consejos, cientos: no escribas fruta sino plátano, lee a William Carlos Williams para aprender cómo es ser un escritor preciso, dignifica las cosas asignándoles un nombre, que todo lo que te rodea influye en tu escritura… y así hasta 224 páginas, aunque yo me lo haya leído en el Kindle por la ayuda que se me ofrece para traducir alguna que otra palabra.  

En definitiva, Writing Down the Bones es un libro que te enseña a escribir sobre lo ordinario de tu existencia y sobre lo que alberga tu mente. No cabe duda de que ese material que escribes y produces todos los días puede algún día configurarse en la simiente de un proyecto más entretenido y pensado. Eso sí, a lo largo del libro no dejarás de escuchar a Goldberg recomendándote que saques un cuaderno y escribas en cualquier sitio, en mitad de todo, en el centro de todo, «haz un acto definitivo y escribe» sabiendo que nunca habrá perfección. Si quieres escribir tienes que cortar con lo que estés haciendo y escribir. Truco sencillo. Ni hay ambiente perfecto, ni cuaderno ideal, ni bolígrafo chic, ni escritorio con vistas al mar. Escribe, ponte a prueba ahora durante diez minutos. Llega al final de esta línea, saca un papel y un bolígrafo y… ¡escribe de nuevo!

GOLDBERG, Natalie (2010) Writing Down the Bones. Boston. Shambhala Kindle.
Puedes comprarlo aquí.

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2 comentarios en “Writing Down the Bones, de Natalie Goldberg

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