Este decálogo valdría para cualquier examen importante que tengas que hacer en tu vida. Ahora solo pienso en mis alumnos y en los alumnos del IES Sierra Mágina que cursan 2.º de Bachillerato. Les deseo para estos días la capacidad para enfocarse. Son días determinantes para su futuro académico y laboral. Este nuevo lance aquilatará su madurez. Quiero desearles toda la suerte del mundo y toda la buena escritura y el buen hacer que tengan dentro de sí mismos para que demuestren, con hechos y no con palabras, lo que saben y lo que pretenden. Les queda colocar la última piedra de esta etapa de sus vidas. Sí, es una piedra importante, pero gracias a Dios, una última piedra. Una piedra que se convertirá en una nueva piedra, esta vez angular, que les servirá para trazar nuevos proyectos y derroteros. Ahora solo deben enfrentarse a la realidad que se les presente hasta que lo consigan, llueva, nuble, o haga sol, estén tristes o estén alegres, tengan mal cuerpo o bueno. Jugársela y divertirse, en definitiva. Apostar por uno mismo sin miedo al qué dirán.

Los textos de este decálogo son factura de mi amigo Fernando Fedriani, escritor y profesor de Lengua y Literatura, corrector durante muchos años de Selectividad y excelente preparador de oposiciones de secundaria. Le voy pagando con sorbitos todo lo que hizo por mí hasta que conseguí mi plaza como profesor de Lengua y Literatura. Los textos son suyos, por tanto. La disposición, parafernalia y diseño del decálogo es del tipo que mantiene este blog. Al césar lo que es del césar. Espero que este simple decálogo, ¡porque no es otra cosa que un simple decálogo!, os sirva mucho para tener y tomar perspectiva. ¡Suerte, artistas! De verdad.