Querida alumna, la cuarta entrega. Si no eres mi alumna, pero has llegado hasta aquí y no has leído el uno, dos y tres, pincha y te pones al día, ¿o es que empiezas a comer por el postre?
Hoy toca escribir sobre el registro diario. Es el corazón de tu cuaderno. Es el camión donde echas todo lo que te sale en el día en tiempo real. Cuando domines este registro, este apuntarlo todo, la organización de tus días será espectacular. Si después la combinas con los bloques de tiempo que te sugiere Cal Newport, apaga y vámonos.
¿Cómo empiezo? Solo tienes que escribir la fecha del día que comienzas. Es la manera más rápida y simple de preparar ese «camión», ese «contenedor». Personalmente utilizo la nomenclatura día del mes, mes, año y las dos primeras letras del día. Tal que así:

Suelo dejar perfilado el día siguiente la noche del día anterior. De alguna manera sabes el plan de tu día nada más levantarte. Otros días no, sino que durante el desayuno configuro y migro tareas de un sitio a otro. No empleo más de diez minutos.
Lo que tienes que tener claro es que dominar el registro diario te permitirá organizar tus pensamientos con poco esfuerzo y te ayudará a concentrarte en las tareas diarias. En el registro diario debes anotar tareas, actividades y todo lo que te salga al paso. Esto es importante y esta rutina tienes que cogerla. Si lo consigues dejarás de tener la sensación de que se te olvida algo. No, porque lo has apuntado cuando ha aparecido.
De alguna manera el registro diario, mas que una lista de tareas pendientes es un documentar tus experiencias. Es un lugar seguro para expresar lo que te dé la gana. Vas dando la bienvenida a los pensamientos que te llamen la atención y quieras acogerlos. En realidad, estás configurando un archivo de tu estado de ánimo, de tus días y tu vida. Teniendo esta visión de tus días, proporcionas más contexto y gracias al contexto, puedes acometer mejor tus tareas.
¿Cuánto ocupa el registro diaria? Pues tanto como precises. Es la pega de las agendas, que tienes un espacido determinado. Unas veces completas el día y otras escribes dos líneas. Con el Bullet Journal no sucede esto. Personalmente tengo registros diarios de varias páginas y otros días solo de media. Ningún día es igual a otro. Dice el creador del método:
Si nuestras vidas son océanos, los días son las olas; algunas son grandes y otras pequeñas. Tu Bullet Journal es la costa, a la cual dan forma tanto unas como otras.
Ryder Carrol en Bullet Journal
Si lo haces así, y no llenas la página, pon la fecha siguiente donde se acaba el día anterior. Por eso, y esto es importante, no es recomendable crear registros diarios con antelación. Si lo haces bien, crearás el registro diario del día siguiente cuando acabe el día en el que estás. Como te he dicho antes, yo configuro el día siguiente, en la revisión -será el capítulo 5 de esta serie- que realizo por la noche.
No puedes fiarte de tu memoria y por eso debes capturar con exactitudo tu experiencia. Una de las características que deben tener tus registros es que sean rápidos, quitándoles todo lo que no sea esencial. En realidad, haciéndolo así, te ayudan a capturar y organizar tu pensamientos en listas vivas. Capturar de manera eficiente la vida a medida que sucede, te permitirá la posibilidad de empezar a estudiarla.
Te pongo un par de imágenes del libro del creador del método. En la primera imagen verás cómo tradicionalmente anotamos y en la segunda, cómo deberías hacerlo. Registrando de manera rápida es la manera más eficiente de organizar la vertiginosa lista de cosas con las que tenemos que pelear de manera diaria.


Cuando adoptes el hábito de registrar en tu Bullet Journal, tu registro diario dejará de ser una simple lista de cosas pendientes, que es lo que la gente hace siempre, listas y listas de cosas pendientes sin contexto ninguno, despersonalizadas, no relacionadas con los días que vives. En realidad, el Bujo es un archivo de tu vida, un recordatorio para que vivas según tus intenciones el día a día.
Un ejemplo de registro diario sería este que he configurado con algunas de vuestras fotos:

En el próximo capítulo veremos la migración y la revisión de tareas y casi daremos por finalizada la serie. Anímate a registrar hasta el color de la luz que entraba por la ventana de tu cuarto. Cuando con el tiempo releas tus cuadernos, proporcionarás a tu memoria un gran placer, te lo aseguro. Siempre podrás calibrar cuánto has progresado en un proyecto o lo triste y desmotivado que te encontrabas y lo exultante que estás ahora. Hacerlo, registrar, te dará una perspectiva de tu vida que te servirá también para reírte de esos malos ratos y pequeñas depresiones vitales que todos atravesamos. Es sano llevar un Bullet Journal. Tu cabeza y mente te lo agradecerán.
Apunta, escribe, reflexiona, apunta, escribe, reflexiona, vive, vive, vive.
El método Bullet Journal: Examina tu pasado. Ordena tu presente. Diseña tu futuro (Prácticos)