No escribí nada sobre Steiner cuando Steiner murió. El único libro que he leído de Steiner fue Gramáticas de la creación. Me he propuesto releerlo, pero mientras lo subo del trastero -he empezado a trasladar libros al trastero-, me he hecho con la edición digital de George Steiner en The New Yorker. Lo estoy leyendo gratis. Amazon me ofrece esa posibilidad por tener contratado lo del Prime. Por ese motivo me ofrece libros en el programa Kindle Unlimited. Y está bien el programa, se pongan como se pongan los talibanes antiamazónicos y supremacistas morales. Un día me entretendré en enumerar y argumentar por qué Amazon no es tan pérfido como lo pintan. En ocasiones, algunos libreros se parecen a los intermediarios que trafican con la fruta, o con el aceite de oliva, y que por su culpa los libros son más caros, un 30 % más caros. Gracias a Dios, cada día son más las editoriales -benditas sean- que te venden los libros directamente y sin gastos de envío, mejorando así su margen de beneficio y reinvirtiendo esa cantidad en mejorar la edición, o contratar derechos de traducción o, por qué no, en beberse cuantas cervezas se les antojen. Con sus tapas.
Hablaba de Steiner, y de Steiner recogí el otro día unos cuantos enunciados y oraciones. Mira, estas:
- Steiner era un lector fabulosamente erudito.
- Steiner generaba unas ideas enormemente originales.
- Steiner daba muy pocas cosas por sentadas o fuera de discusión.
- Steiner decía de Brecht que se proponía ser un maestro, un preceptor moral.
- A Steiner no le importaba en absoluto reconocer un entusiasmo o aversión.
- Steiner era un escritor de quisquillosa independencia y el empuje de Steiner ha sido fácil de caricaturizar.
- Los esfuerzos de Steiner por distinguir lo mejor de lo óptimo siguen suscitando el epíteto elitista.
Las extraje de aquí, por si te interesa empezar a leerlo: George Steiner en The New Yorker.
¡Viva Steiner! (Recé un par de avemarías por él cuando murió, qué te creías. Además, en latín, como la gente antigua: «Ave María, gratia plena…»).
Después de rezar tu avemaría deberías leer este magnífico artículo del 4 de febrero de 2020 de Rafael Narbona en «El Cultural». Pide un café: «George Steiner, el último humanista«.
Gracias.
Me muevo en un entorno donde a nadie, básicamente, le importa un comino la muerte de Steiner. Yo he escrito mis pequeñas (indignas) elegías en prosa. Y esta entrada me consuela un poco.
Me gustaMe gusta