Solo hay un camino para aprender, comprender; y para comprender, reelaborar; y para reelaborar, reinterpretar lo que lees, dibujar la idea, jugar, en definitiva, para que tu cerebro asimile la información y tu memoria le abra la puerta para que tome asiento. Si no, si no labras la tierra, si solo miras cómo corre el agua del río, si apostado en la orilla de un río solo te dedicas a escuchar el sonido del agua… Leer sin tomar notas es como ver correr el agua de un riachuelo sin más: distracción, puro y simple disfrute pero ya está. Desde luego alimenta menos, y a estas alturas de siglo no necesito más postureos; solo los justos.