No he leído El condenado por desconfiado, de Tirso de Molina. Ni La mujer que manda en casa, pero dicen del Tirso de estas obras que es un nato creador de caracteres, que utiliza un lenguaje llano e incisivo y que tiene una especial habilidad para idear tramas dinámicas con delicioso sentido cómico.
Hay estudiosos de Tirso que afirman que –recuerden que era un mercedario— no fue un religioso recluido, sino que prestó atención continua a su mundo e incluso demuestran, por cómo conocía el corazón humano, que se valió de la experiencia como confesor para nutrir de color a sus personajes.
He seleccionado un trío de obras de Tirso que me gustaría leer además de las dos que indico arriba. La Santa Juana (trilogía) me llama muchísimo la atención. Es la obra perfecta para que un lector de 2020 comprenda ese mundo extraño que son las comedias de santos. ¿Las comedias de qué?
Estas son las ventajas de estudiar Literatura. Que antes o después siempre terminas sumergiéndote en la lectura de las fuentes, de las preciosas obras literarias de otros tiempos.