El próximo día 31 de diciembre publicaré la lista con los libros leídos durante 2019. Han sido menos de los que quisiera, en torno a unos cincuenta, y apenas hay novedades, por lo que la lista no interesará a nadie, pero me apetece publicarla. Vendrán más años malos y no leeremos tanto: ¡y nos harán más ciegos! No lo dudes; tampoco te lo tomes a broma.
Quien me anima a hacer pública esta lista ha sido Javier Gomá. Javier Gomá parece un tipo interesante. Parece capaz no solo de leer hoy, sino de digerir y escribir con cierto brillo conclusiones sobre lo que lee. Es un tío inteligente, se ve; talento hay. De hecho, tengo entre mis propósitos de lectura analizar algo suyo en 2020. Hoy, mientras, me he recreado leyendo un artículo que escribió hace diez años en el diario dependiente de la mañana. El tuit que contiene el artículo te lo vinculo y te lo recomiendo. Hay sabiduría. Además, merece la pena que te preguntes ahora qué haces con más libros en tu casa que Montaigne y por qué eres menos lumbre que él:
Hoy también quería anunciarte que he inaugurado un cuaderno para registrar las lecturas. En papel, claro. Existía un registro digital, en Evernote, pero me animé a cambiar el sistema. Bueno, el sistema era sencillo, apuntar, pero el registro que voy a hacer será cuádruple: anotar la lectura y las observaciones en el cuaderno, completar una ficha índice con los datos bibliográficos y las observaciones, transcribir el apunte completo a un archivo Word y crear una entrada aquí y en el registro de lecturas del blog recién inaugurado. Llegado el próximo 31 de diciembre de 2020, Dm, copiaré y pegaré en una entrada todo el contenido.
Hoy iba a hablar de ajedrez y literatura, pero el tropo ha venido así. Otro día.
El primer registro de lectura es:
- Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, de Rafael Sánchez Ferlosio. Destino, 1993. Colección Áncora y Delfín. Volumen 713. Termino de leer el 28/12/19 a las 17.00 h. De la biblioteca pública con el n.º de registro 78772. Califico 4/5 en GoodReads. Tremendísimo Ferlosio, casi inalcanzable, pero lúcido, lucidísimo pese a su volar tan tan alto. Inalcanzable en ocasiones porque apenas desperdiga verbos, ni los desperdicia. Todos los gerundios eran necesarios, así como los infinitivos y participios. Nada sobra, nada se desprecia. Este tipo fue un genio, un genio que destripó el lenguaje. Una obrita casi de referencia. Casi, he escrito.