Hoy, a pesar de que era fiesta, he salido a por un párrafo. La librería estaba abierta y el párrafo del que hablé el otro día estaba allí; creo que me esperaba. Lo he vuelto a releer antes de pasar por caja. Antes solo lo había escuchado declamado por Andrés Neuman en la entrevista que le hizo Sollo en «Biblioteca Pública». Me he vuelto a estremecer, a pesar de que a los hechos les importan un mojón mis sentimientos. Pero no mezclemos. Neuman radiografía.
¿Se imaginan que todos los tropos, a partir de hoy, estuviesen compuestos por párrafos de esta factura?
“Las ancianas viandantes son bastiones del tobillo. Cuando las divisamos ahí, pensativas frente a un semáforo, sopesando su carga y apilando motivos para seguir adelante, se requiere un serio esfuerzo de contención para no correr a abrazarlas. Si hay leyes civiles, si se inventan las ciudades y los trazados urbanos y las señales de tráfico y los bolsos negros y los monederos con trabita metálica, si todavía nos quedan tobillos paradigmáticos, es gracias a la valentía de estas ciudadanas.”
Andrés Neuman en la página 42 de Anatomía sensible (Páginas de Espuma, 2019)