En realidad, escribes para significarte y eludir la monotonía de tu vida, porque quieres descubrir lo que es evidente, pero con tus colores, que son los colores que crees que los otros no ven, o no saben diferenciar, pero que consiguen descubrir, y diferenciar. Así, por ese motivo canturreas mientras subes las escaleras del edificio donde trabajas aunque sea muy temprano porque de nuevo, en otro día diferente al de hoy, piensas: “No hay nada nuevo bajo el sol”. Y es que no lo hay, moderno.