Los martes, jueves y sábados sales de ocho a nueve a pasear, o a correr, o hacer sentadillas y cosas así en el parque de la Alameda de Jaén. Los martes, jueves y sábados tanto si tienes o no tienes autorización de tus ganas. Es el remedio contra la desfachatez que trae la vida cómoda. ¿Tienes ganas? Sales. ¿No tienes ganas? Sales. ¡Vaya algoritmo! Demoledor. Estás batiendo todos los récords. Llevas doscientos kilómetros recorridos en octubre. Pero es que en septiembre llegaste a los doscientos diez y, aunque ya quedan lejos, en agosto recorriste doscientos sesenta y en julio también. Recuerdas cuando comenzaste a correr, y a andar, y hacer sentadillas en el parque. Qué ridículo te veías. Ahora hace de eso diez años, después de abandonar el tabaco. Sí, claro, una de las ideas que más te incentivaron a tirarte a la calle fue la de que el cuerpo estaba hecho para moverse y no para estar quieto. Es algo demasiado obvio, de todo el sentido común, pero fue una idea motriz, desde luego. Hoy es una rutina. Tengas o no tengas ganas, sales. Es el raíl del hábito, es el raíl que te lleva solo, casi sin esfuerzo. Y te sientes bien. Y coloreas de verde el día que lo consigues.
Pues igual que con los tropos.
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