Era ansia, casi pecado, lo que deseaba tener este libro entre mis manos, ojos y seso que, conseguido, ahora el afán consistirá en encontrarnos en el día a día, y en los cafés.


Era ansia, casi pecado, lo que deseaba tener este libro entre mis manos, ojos y seso que, conseguido, ahora el afán consistirá en encontrarnos en el día a día, y en los cafés.
Qué alegría, qué grande.
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