Alfonso Sastre escribió Escuadra hacia la muerte y La mordaza hace cincuenta años. La edición de Farris Anderson en Castalia tiene un prólogo suficiente y sobresaliente. Impoluto. Hoy he terminado de leer ambas. Un par de horas, tres si atiendes al puto móvil. Si quieres conocer algo sobre ellas busca en Bing. Lo que no vas a encontrar es la impresión que me han producido. Por eso ya no leo reseñas. Por eso leo a tipos que hablan no del objeto, sino de ellos y de la impresión que el objeto ha dejado en el sujeto, que es el que suele escribir. Así yo.
En Escuadra hacia la muerte se recogen todas las preguntas que yo me hubiese planteado si abro la puerta de mi casa y me encuentro una guerra. Más que las preguntas, las sinrazones que te presenta un conflicto bélico cualquiera, estés más inclinado hacia un bando que hacia otro. Da igual. Es una sinrazón. Además, en una guerra, siempre te considerarás del bando blanco. Te da igual lo que piensen.
A mí me ocurriría como a Javier:
JAVIER. No. No me daba cuenta. Yo estaba en la biblioteca. Allí no había tiempo. Las alarmas de los periódicos me parecían eso, periodismo. En el fondo, estaba convencido de que el mundo estaba sólidamente organizado, de que no iba a ocurrir nada y de que había que luchar por la vida.
Alfonso Sastre en Escuadra hacia la muerte
Y Javier, después:
JAVIER. […] Una escuadra hacia la muerte. ¡Un, dos! Lo éramos ya antes de estallar la guerra. Una generación estúpidamente condenada al matadero. Estudiábamos, nos afanábamos en una gigantesca escuadra hacia la muerte. Generaciones condenadas… Hace frío… Esto no puede durar mucho… Estamos ya muertos… No contamos para nadie… ¡Un, dos! Nos despeñaremos perfectamente formados, uno a uno. Yo no quiero caer prisionero. ¡No! ¡Prisionero, no! ¡Morir! ¡Yo prefiero… (Con un sollozo sordo.) morir! ¡Madre! ¡Madre! ¡Estoy aquí…, lejos! ¿No me oyes? ¡Madre! ¡Tengo miedo! ¡Estoy solo! ¡Estoy en un bosque, muy lejos! ¡Somos seis, madre! ¡Estamos… solos, solos…, solos…!
Alfonso Sastre en Escuadra hacia la muerte
La mordaza es subterránea. La mordaza ha conectado de una manera sorprendente con el inquietante espíritu español, el de los extremos chispeantes antes del chispazo incendiario. Esa inquina resiliente, ese abuso del siempre fuerte físicamente contra el débil; ese desprecio del fuerte intelectualmente por parte del inculto y tosco. Lo romo frente a lo punzante. Desde…, desde siempre. España tuvo que inmolarse en una revolución como la francesa para no llegar a lo que llegamos en el 36 y lo que vino después. Tanto odio que impidió difuminar la negrura que contiene el alma española. Anda que no avisó Gutiérrez-Solana con sus Españas negras. Ahí estaba la semilla de una guerra civil.
ANTONIA. Pero en verano…, es malo el verano. Es cuando se comenten los crímenes. Cuando los hombres sacan las navajas por nada y corre la sangre. Todos los crímenes ocurren en verano. La sangre de los hombres arde y no pueden pensar. El calor los ciega y no les importa matar a un hombre. Luego, en el invierno, cuando piensas en lo que hicieron, no lo comprenden. No se explican cómo pudieron hacerlo. Y es que ellos no tuvieron la culpa… Fue el calor que les ahogaba, que no les dejaba respirar.
Alfonso Sastre en La mordaza
No he visto ninguna de las dos representadas. Estas rebabas de la Guerra Civil quiero verlas. Sí, las deseo.




