Mientras esperas a que el semáforo se ponga verde tomas fotos. Ayer tomé esta. Es una fotografía casi irracional, que trastorna la realidad. Pero si lo que muestra una fotografía es real y esa realidad sobrevive, es tópico decirlo: nos es racional, lo entiendes. Sobrevivir así, en un medio hostil y vertical, urbano e infecto, es posible solo si prescindes de lastre y de prejuicios. Buscas vivir, por encima y a costa de la gravedad. No deja de ser una planta, pero una planta que sobrevivirá si permanece así. Desubicarla del medio en el que ha crecido sería exponerla a la muerte. Se ha hecho baronesa rampante. ¿Para quién será más difícil permanecer así, para la que crece más abajo, en un suelo horizontal o para esta que busca la luz desde la pared? La respuesta es sencilla, aunque su locus amoenus sea otro, un sitio con más gozo y sol, huyendo de esa asfixiante suspensión. Pero asfixiante ¿para quién? Para esta planta será sencillo permanecer en su habitación esperando a que la imaginación aterrice para continuar con su vida, y los días y los minutos, la vida real donde se es. Para ella es fácil.
