El tropo de hoy sábado será inalcanzable, como inalcanzable sigue siendo para la mayoría de los que vamos andando por la calle, tocar la luna, sin tropo, literal.
Tanto individualismo estético no podrá romper con el pasado. Hay que dessainetizar la pista de baile política, con humor si hiciese falta, pero hay que hacerlo pronto, antes de que tanto sainete y tanto humor hagan costra.
A nosotros, los que vamos por la calle y tuiteamos, nos gustaría ser más subversivos, por lo menos narradores verosímiles y contar lo que está sucediendo en el teatro político. Lo que ocurre es que el dialogismo entre la risa y la mueca, el feo y el aspaviento, el calor y el frío, nos hace menos internacionales, puesto que nunca lo hemos sido. El cosmopolitismo al español siempre le ha venido grande, ancho, supersize, por muchas ganas que tuviéramos de liberar energía, regionalismo y costumbrismo. En el pasado, pienso, lo hacíamos mejor.
Así que hoy, no me ha quedado más remedio que inalcanzar el tropo, liberarlo raro.
La España invertebrada.
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