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“… Y sin embargo, yo juraría que la postura era la misma, creo que siempre he dormido así, con el brazo derecho debajo de la almohada y el cuerpo levemente apoyado contra ese flanco, las piernas buscando la juntura por donde se remete la sábana.”
Comienzo de El cuarto de atrás, de Carmen Martín Gaite
Así comienza El cuarto de atrás, de Carmen Martín Gaite. Es la nueva obra de Selectividad para el curso 2019-20. Los alumnos evitarán leerla, porque hay que leerla. Es la moda juvenil. Así, como te lo cuento. He tenido alumnos que no han leído los cuatro libros obligatorios de Selectividad. ¡4! Han recurrido a Google, los listos a Bing, para saber de qué iba el argumento. Algunos, ni eso, y han optado por estudiar solo las guías de lectura que les ofrecí. Tenía que cubrirme las espaldas. “Con eso basta, para qué leer tanto”, te sueltan. Carmen Martín Gaite. Una mujer. Era hora. ¿Qué hacían los alumnos de segundo de bachillerato leyendo obras exclusivamente de hombres? Uno de los motivos ha sido ese. Apuesto y gano. Por tanto, suprimen Los girasoles ciegos e introducen El cuarto de atrás, que no he leído. La leeré en agosto. La edición de Cátedra parece completita. La de Destino es suflé, la de Planeta una mierda. Qué bien rima. Va, versa, es un ensayo novelado en torno al proceso de escritura, de la escritura de ficción. Eso he leído. Se comprobará. De Gaite he leído Fragmentos de interior y Lo raro es vivir. No abandonamos El árbol de la ciencia, de Baroja; La realidad y el deseo, de Cernuda; y mi favorita, Historia de una escalera, de Buero. Aquí, en Soporto Tropos ya rescaté una cita de Carmen en «Cuatro pasos, y los muertos»; es otra sacerdotisa de la escritura, sin duda. En inglés, Without A Doubt!
Vínculo del tropo: El cuarto de atrás | «Cuatro pasos, y los muertos«.
Coño, con perdón. Esto es tan oscuro y estrecho que no sabía dónde comentar. A Martín Gaite la han elegido por más razones que por ser mujer. Mujer u hombre o maricón, como Cernuda, tanto me da si la literatura que escribe es buena y no sectaria como es la de Mendes… Desde NADA de Carmen Laforet… hasta nuestros días hay muchas mujeres que lo hicieron bien en la postguerra, pero no todas son COMPAÑERAS, etc., como lo fue Martín Gaite (la literatura de su marido me gusta más que la suya) y, además, como todos los libros que seleccionan ¡no tienen muchas páginas!, por si a algún chico se atreviere. A quien lea EL CUARTO… hay que darle un premio. La leí en mi adolescencia y no me gustó y ahora, releída, me sigue sin gustar… Ya se ve que quien elige es un bizco zurdo con mal colmillo, catador de vinagres por la cara que tiene. Ya sabes. ESCRITO SEA CON PERDÓN.
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