Los vídeos de Jesús G. Maestro son largos. La mayoría de sus vídeos superan la hora de duración. Este hecho, unido a la tendencia actual de consumir rápido y pronto todo, imposibilita, o más bien dificulta, que lleguen a más gente. Aunque compruebo que el número de visualizaciones es alto. No sé qué computa YouTube como visualización, si un cuarto, un tercio, o un veinteavo del vídeo, pero sí, es alto. Los vídeos de Maestro se parecen a esos bloques de texto, extensos y sin puntos y aparte, sin apenas párrafos que nada descubrirlos, los rehúyes. Pero al final, merecen la pena. A este profesor lo descubrí hace un año. De lo que habla, sabe. Además, me resulta impecablemente construido, o por lo menos bien construido desde el punto del uso de argumentos y razones. Es lógico, y si bien, en alguna ocasión se apoya en generalización -sobre todo cuando se refiere a la Filosofía-, sin duda brilla, es muy brillante. Hoy he visualizado el primer vídeo completo. Me ha sido imposible verlo del tirón, por lo que he necesitado fraccionarlo en tres. Era viernes y surgen más huecos. Además, me ha tocado comer solo, bueno, con Jesús G. Maestro enfrente. Y me decía:

Escuchar sus tesis sobre los diferentes —ismos es como leer a Mann en La montaña mágica; son necesarias muchas lecturas para llegar a esa locuacidad con semejante nivel de conocimiento.
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