Échele leche a la actualidad, a lo que le pueda escocer de mis artículos, no se tome nada a pecho, disuelva el malhumor, diluya el café, ¡échele leche!, más leche a lo que le molesta, a lo que le pica de la vida, sulfura, y sobre todo, a la realidad, que está para que sea interpretada como quieran los de derechas y como les dé la gana a los de izquierdas, para leerla de izquierda a derecha, o de derecha a izquierda, como el palíndromo «Échele leche». Borre esa fea conducta suya, impropia de tipo adulto con seso, tome leche y échele (más) leche, sin parar, a sus días; tórnelos blancos y pacíficos, saboréelos de otro modo, deje de pelear por tonterías, cállese y piense un poco antes de hablar, o piense y no diga nada, siempre gana. Dulcifique el color, ponga blanco, enleche, ¡leche!, échele leche, cuanta más, mejor.
VOCES | Hoy la voz llega de la mano de @blumm , que nos habla de los palíndromos en ‘Échele leche’. https://t.co/KDF54hk8Xn
— Lacontradejaén (@lacontradejaen) 29 de agosto de 2017
La musicalidad de las palabras ha subido unos cuantos enteros con respecto a otros textos. El mensaje es más nítido, más evidente. El artículo parece una loseta de mármol: pulida y elegante.
Hasta ahora, cuando leía las entradas de tus blogs, percibía el tono de un editor ‘peleao’ con el mundo… Sin embargo parece que vas camino de convertirte en articulista.
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Gracias, amigo. ¿Desde cuándo me lees? ¡Uau!
Desde luego que me siento muy cómodo con el formato artículo, apenas llega a 700 palabras o así, jeje. Un «DriveWord».
Gracias por pasarte por aquí y opinar, Vagabundo. Lo agradezco.
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