Últimas noticias de la escritura (2)

Quinta y última oportunidad para comenzar esta entrada. Continúo con la serie Últimas noticias de la escritura, de Chejfec. Prometí tantas entradas como epígrafes contuviese el libro: veintisiete. La primera de la serie está aquí.

En el segundo epígrafe Chejfec escribe sobre la relación discontinua que siempre ha tenido con la escritura manual. Chejfec me resulta anárquico en ocasiones cuando lo leo. Es un Aira contenido; o concentrado. Chejfec, cuando escribe dentro de un párrafo, condensa al máximo el párrafo. Los motivos de Chejfec para escribir no los desvela pero escribe sobre el estatuto físico de la propia escritura, de sus propias notas manuscritas y del temor a no terminar un cuaderno nuevo, recién estrenado. No sé resumir, o me cuesta esencializar, en qué consiste Chejfec. A qué idea principal se agarra. Es todo escritura. Chejfec es escritura. A veces, no sé si a ti te ha pasado mientras leías este libro, las páginas parecían ebullir, efervescer.

img_20170218_002827Un buen padre equivale a cien maestros, recordad. Un buen escritor equivale a cien cursos de escritura creativa. No creo en esos cursos. Solo creo en la escritura de los buenos escritores, como Chejfec, que me lo descubrió otro —para mí— magnífico escritor: Vila-Matas.

Acabar una libreta es como escribir un libro, tener un libro al final, indica Chejfec. También revela que su relación con la escritura a mano siempre ha sido bastante accidentada pero no indica cuáles han sido esos accidentes. Indica, no explica. Lo hace con frecuencia pero me da igual. Disfruto con sus acertijos léxicos. Chejfec es el maestro del acertijo léxico. También.

El gran inconveniente de la libreta es que según pasa el tiempo se transforma en evidencia de lo no escrito más que en prueba de lo que se escribió. Esta devolución a realidad inhibe, cómo no, y así lo explica él cuando un párrafo antes de terminar este punto escribe:

«Es así que el cuaderno verde me acompaña como si se tratara de un talismán equívoco. Un objeto que me inhibe y avergüenza. Me recuerda lo que no soy, y de este modo me afirma en lo que soy. Digamos, es lo que me hace pensar, sin que nada en el resto de la realidad lo confirme, que lo mío es sobre todo embrionario; que siempre estoy empezando a escribir y dejando de hacerlo, en un mismo movimiento.»

Determina y concluye su relación ambigua con la escritura manual por la que dice sentir una infinita nostalgia y una devoción sin embargo carente de consecuencias prácticas.

No hay conclusiones que me sirvan de este segundo punto de Últimas noticias de la escritura. No obtuve ninguna conclusión aunque si releo la nota pie de página 18 sí surge una clasificación interesante, que me ensimisma: la de los escritores que asumieron desde el comienzo su cercanía con la literatura y aquellos, los otros, que han ido y han vuelto, llenos de artilugios e indecisiones. Especies de bartlebys, pienso. La metáfora que utiliza para dibujar qué quiere decir es poderosa: al igual que existen niños que nacieron peinados, hay escritores que nacen peinados. Y va más allá y esto sí me interesa: es como si esos escritores hubiesen nacido sabiendo ser escritores.

Yo, gracias a Dios, no estoy en ninguno de los grupos.

El dos ha dado hasta aquí. Aprovecho para anunciar que el blog estrena lema: «Ocurra lo que ocurra, lee».

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